Así, a la decisión del Gobierno de ampliar el parque en más de 1.000 hectáreas (pasa de tener 1.928 a 3.030), se suma su encharcamiento total gracias a los aportes naturales que está recibiendo del Guadiana y el Gigüela, cuyos cauces se juntan en el parque.
Las hectáreas anegadas por el agua han devuelto a este espacio natural su mejor imagen. El parque vive un momento de bonanza hídrica tras pasar por episodios muy delicados en los últimos años como consecuencia de la falta de agua, lo que llegó a causar importantes incendios de turba en 2009, año en el que vivió una situación crítica de supervivencia y que muchos prefieren no recordar.
Ahora, el Guadiana centra todas las miradas. Y no es para menos, es el principal abastecedor de agua del parque y durante más de tres lustros ha estado sin correr por él debido a la mala situación del Acuífero 23 por el aumento de las extracciones de agua subterránea para regadío. Pero las abundantes lluvias caídas en el periodo húmedo 2009-2013 han hecho posible que la recarga del Acuífero 23 se vea manar agua de forma natural provocando que surjan nuevos ojos en el Guadiana, aquellos que daban lugar al río y que se secaron por completo en 1983.
Uno de los síntomas que refleja que el Guadiana poco a poco va recobrando vida es que la presa de Puente Navarro, salida natural del agua de Las Tablas de Daimiel, rebosa y vierte agua al cauce del Guadiana desde hace varios días. Se construyó en el año 1985 con el fin de contener el agua que entraba en el parque, impidiendo así que siguiese el curso del río Guadiana y Las Tablas se secasen. Hoy, el agua desborda las compuertas (de dos metros y medio de altura) y sigue su curso a lo largo del Guadiana.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), José Díaz Mora, señala que la presa está desembalsando 3,2 metros cúbicos por segundo, por lo que al igual que estos días de atrás, está entrando «una gran cantidad de agua» a Las Tablas de Daimiel procedente del río Cigüela, al cual se unen los aportes del Záncara y los sobrantes del cauce del Guadiana que se están vertiendo desde el embalse de Peñarroya. Además, la gran cantidad de agua que está recibiendo ha causado que las pasarelas que recorren las tablas fluviales se encuentren a 25 centímetros de quedar parcialmente cubiertas por el agua.
Fuente: www.latribunadeciudadreal.es