La integración comercial para vender grandes volúmenes de vino a granel en una sociedad cooperativa de segundo grado entre 'El Progreso', de Villarrubia de los Ojos, 'Santa Catalina' de La Solana y 'Los Pozos', de Daimiel, está cada vez más cerca.
25/04/2016
Los presidentes de las tres entidades vinícolas confirmaron a Lanza importantes avances en las negociaciones iniciadas hace meses y que les han permitido redactar unos estatutos todavía sin cerrar, pero que recogen lo esencial de la operación que no es otra cosa que unir fuerzas para rebajar costes de comercialización y defender unos intereses comunes ante los desafíos a los que se enfrenta el sector en un mundo globalizado y muy competitivo.
El presidente de ‘El Progreso’, Cesáreo Cabrera, es uno de los más convencidos de la necesidad de unión para adquirir dimensión y de hecho es el principal promotor de esta negociación, a la que se podrían sumar otras cooperativas que “lo están pensando”, además de haber participado, en nombre de una de las grandes cooperativas de la provincia, en encuentros con ‘Virgen de las Viñas’, ‘Cristo de la Vega’ y ‘Jesús del Perdón’.
Cabrera señaló que han empezado por el principio, es decir, por la elaboración de unos estatutos que regulará el régimen interno de un grupo que podría funcionar como tal en la próxima campaña 206-2017, según sus previsiones.
Con este modelo iniciarán un proyecto para exportar “grandes volúmenes de graneles” de los aproximadamente 150 millones litros de vino que elaboran entre las tres entidades (suman 170 millones de kilos de uva).
El objetivo “es que el vino lo venda el grupo” y más adelante “ya veremos si también el embotellado”, puntualizó Cabrera, que avanzó que en el caso de su cooperativa, además de la junta rectora, la asamblea también conoce la operación.
Gregorio Martín Zarco, presidente de la cooperativa ‘Santa Catalina’ confirmó la operación para la “venta a granel” desde una sociedad de segundo grado y “si las cosas van bien”, el plan comercializador “se aplicará la próxima campaña”.
Igualmente, reconoció que todavía quedan flecos, como cerrar unos estatutos que contemplen “actividades y operaciones en otros sectores como el oleícola y los suministros, y que estén abiertos a otras empresas”.
El máximo responsable de la cooperativa solanera, que procesa 40 millones de kilos de uva, señaló que los próximos pasos son la legalización de la nueva corporación, con el alta en el registro de cooperativas y con la autorización de los respectivos órganos directivos de los tres futuros socios.
Según dijo, además de la junta rectora, la asamblea de la sociedad solanera “está informada”, a falta de recibir la autorización.
Díaz Zarco se mostró convencido de que el proceso mejorará “el volumen de negocio” y rebajará “los gastos de comercialización y de comunicación, que suelen ser de las partidas más abultadas”.
Vender en común, a su juicio, es una tarea para “tomar más posicionamiento en los mercados”, en principio, con vino sin marca y más tarde “con el embotellado”.
“Es el momento de hacer un gran esfuerzo por parte del sector, de manera natural para adquirir más dimensión”, opinó.
Quedan pasos
Paulino García, presidente de ‘Los Pozos’ fue menos elocuente, confirmó las reuniones y la idea de desarrollar el proyecto “para este año”, aunque “todavía hay pasos que dar para vender unidos y alcanzar líneas de precios más rentables”.
La sociedad daimieleña produce 20 millones de kilos de uva y está inmersa en las negociaciones de la mano de su consejo rector.
‘Jesús del Perdón’ y ‘Virgen de las Viñas’ avanzan en su fusión
De otro lado, las cooperativas ‘Jesús del Perdón’ de Manzanares y ‘Virgen de las Viñas’ de Tomelloso negocian su posible fusión ante la necesidad de reestructuración que sufre el sector vitivinícola castellano-manchego con el fin de abrirse camino con fuerza y potencia en un panorama internacional que todavía no ha traducido en un aumento de precios la calidad del vino de esta región.
El presidente de la entidad manzanareña, Félix Cano, adelantó a Lanza que “el inicio de las negociaciones comenzaron en enero” con el apoyo indiscutible de la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha, cuyo máximo dirigente, Francisco Martínez Arroyo, ha puesto un gran empeño en la unión de estas dos cooperativas punteras para impulsar un “cambio radical en la oferta del vino”.
El hecho de que ambas entidades -que representan unos 3.500 agricultores y que destacan por sus balances económicos positivos, sus inversiones y su apuesta por la innovación tecnológica- hayan puesto en marcha este proceso no es una casualidad.
Cano explicó que “la producción de vino de Castilla-La Mancha en España representa el 50% y este país es el tercero en producción a nivel internacional, pero sin embargo comercializamos nuestro producto con los precios más bajos del mundo, menores que los de EEUU, Francia o Italia, y casi siempre a granel”.
Por ello, es necesario, según dijo, el impulso de un cambio radical en esta lamentable realidad que sufre el campo español, y en concreto el viñedo castellano-manchego, que pasa “por la reestructuración de la oferta y por la concentración y la fusión de cooperativas y bodegas”.
La crisis y la deflación le llevaron incluso a afirmar con rotundidad al presidente de la cooperativa manzanareña que el viñedo de la región “necesita de un Plan Marshall” con el fin de relanzar la agricultura, y admitió que la Consejería está apoyando en este sentido.
Sin duda, la fusión de las dos cooperativas no está exenta de problemas y todavía hay demasiados flecos sueltos para que llegue a buen puerto. Con alrededor de dos reuniones formales al mes entre representantes de las dos cooperativas y un diálogo permanente vía telefónica, Cano señaló que “buscamos una ecuación de canje a nivel económico para que no haya perjudicados, sino que tanto los agricultores de Manzanares como los de Tomelloso salgan beneficiados”.
Así pues, existen importantes diferencias en cuanto a modelos de gestión y balances financieros, quizás las mismas que han llevado a separarse de este proceso en un principio a la Cooperativa ‘El Progreso’ de Villarrubia de los Ojos y a la Cooperativa ‘Cristo de la Vega’ de Socuéllamos, con las que el año pasado mantuvieron reuniones.
Sin tiempos marcados, “porque las prisas no son buenas” y “es necesario un análisis reposado”, Félix Cano recalcó que “es necesario hacer esta operación bien, con generosidad, sin engañar a nadie, para que ganemos todos, el campo y los agricultores”, y también añadió que existe una “alta sintonía” con su homólogo en Tomelloso, Rafael Torres.
La fusión para los ochocientos agricultores socios de Jesús del Perdón podría ser muy importante, pues Virgen de las Viñas es la más grande de la región, y en palabras de Cano, “una referencia vitivinícola en toda España”, que permitiría, según añadió, “mirar de igual a igual a empresas de la relevancia de Félix Solís o García Carrión”. “Seríamos un grupo muy potente y la concentración de la oferta ayudaría a la formación de los precios”, añadió el presidente de Bodegas Yuntero. Cabe destacar que, la entidad vive un buen momento, “va viento en popa”, como lo demuestran los cambios tecnológicos introducidos en los últimos años, la ampliación el año pasado en 32.000 m2 o los 5 millones de euros que destinarán este año a inversiones, pero “no debemos de mirarnos al ombligo, tenemos que ir más allá”.
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha destacado de forma reiterada que hay que caminar hacia la formación de cooperativas, explica Cano, “porque el hecho de que las dos mayores de la región dentro de la industria vitivinícola se fusionaran serviría de arrastre para el resto”, y subrayó que “los agricultores serán los mayores beneficiados al promover la concentración de sus intereses” y por ello les instó a implicarse en el proceso.
La fusión produciría un importante salto cualitativo para todo el sector a la hora de enfrentar los mercados, el comercio exterior y sobre todo el embotellado, donde los vinos castellano-manchegos, vendidos en gran medida a granel, son todavía “débiles”. Cano resaltó la “importante apuesta tecnológica para mejorar el proceso de producción y elaboración con”, por lo que es necesaria, a su juicio, “su puesta en valor”.
"Seguimos trabajando"
Rafael Torres, presidente de la Cooperativa más grande de Europa, ‘Virgen de las Viñas’, declaró que “seguimos trabajando en ello”, en referencia a las negociaciones que mantienen con los dirigentes de la cooperativa “Jesús del Perdón”, de Manzanares.
“Estamos viendo balances”, dijo, en los encuentros que vienen manteniendo ambas sociedades desde hace meses, y en los que han venido participando otras de la provincia como ‘El Progreso’, de Villarrubia de los Ojos, y ‘Cristo de la Vega’, de Socuéllamos, aunque éstas hayan abandonado las conversaciones, para iniciar otros procesos o para explorar otras vías y modelos de fusiones.
Torres, cuya cooperativa ha procesado en las últimas campañas 181 millones de kilos de uva, y 1,1 millones de aceituna, reiteró que “no hay nada cerrado”, incluso señaló que “también hablamos con otras” dentro de su apuesta por impulsar grandes corporaciones comercializadoras que tengan peso y puedan defender precios rentables para los viticultores, teniendo en cuenta que Ciudad Real y Castilla-La Mancha son las principales zonas productoras de España.
“El objetivo es crear una gran empresa que nos beneficie a todos”, sostuvo Torres en declaraciones a Lanza, un proyecto que están valorando “primero con unos y luego con otros”.
Sobre el modelo de integración, dijo que sería una decisión que llegaría tras cerrar el principal acuerdo de la futura unión, aunque “lo más seguro que crearíamos nuevas marcas pero conservaríamos y respetaríamos las que tenemos”.
“Lo importante es llegar a un acuerdo, creo que podemos realizarlo y llegará rodando”, si bien “quedan muchos estudios que hacer”.
Apoyo de la Junta
“Es el momento, tenemos la situación económica, hay interés, el debate está en la calle, y nos corresponde tirar del carro, aunque la iniciativa es de los sectores”.
Agapito Portillo, director general de Industrias Agroalimentarias y Cooperativas de la Consejería de Agricultura reconoce “los movimientos” para crear grandes agrupaciones comercializadoras en distintos ámbitos agrícolas en la región, principalmente en el sector vinícola, donde “tendría que estar la cabeza”.
“Por el momento no hay nada cerrado, hay conversaciones de diferentes actores encaminadas a impulsar agrupaciones comerciales en común porque una fusión patrimonial es más radical y es un procedimiento jurídico largo y complejo”, explicó.
En declaraciones a Lanza, Portillo señaló que además de las mesas abiertas entre las cooperativas vinícolas ciudarrealeñas, también hay acercamientos entre entidades vinícolas de la DO ‘La Manchuela’ y entre almazaras de la DO ‘Montes de Toledo’ “para comercializar en común”.
Reiteró el respaldo de la Administración regional a este tipo de procesos, que aplaude de manera entusiasta, tanto con los mensajes institucionales desde la Consejería de Agricultura, como con las ayudas contempladas en los Planes de Desarrollo Rural (PDR), que priorizan a “las cooperativas que den los pasos de integración comercial o de fusión empresarial”.
Y todo ello, con del marco nacional de la Ley de Fomento de la Integración Cooperativa y de otras entidades Agroalimentarias de 2013.
“Nuestro interés es que se vayan haciendo grupos con el suficiente peso en el mercado que cuando se planteen acciones de comercialización tengan algo que decir”, sostuvo y advirtió de la actual “atomización” que impide a cooperativas, bodegas o almazaras “tener un peso real” en las grandes acciones de promoción y comercialización”.
Portillo fue más allá al hablar de “regionalización de la producción”, un avance positivo para los productos agroalimentarios de Castilla-La Mancha y “para la supervivencia” de los propios sectores y que evitaría “que otros grupos del exterior controlen el mercado”. Pero con todo, el dirigente aclaró que las iniciativas de expansión “tienen que partir de cada sector, los productores tienen que estar convencidos de que es bueno para ellos, tanto como socios individuales como en su conjunto”, porque las ayudas se dirigen “al proceso final”.
Portillo desechó los recelos que pueden despertar las agrupaciones porque “hay que pensar que a lo mejor tu supervivencia depende de la cooperativa de al lado”.
Apeló “ los beneficios y la rentabilidad para todos” que se han puesto de manifiesto en casos exitosos como los grupos ‘Montes Norte’ o ‘Baco’, con modelos de cooperativas de segundo grado que “no dejan de crecer” y que demuestran que “están haciendo bien las cosas”.
Fuente: lanzadigital.com
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